Esta fue una corona hecha gracias al aporte de los fieles. Ellos trajeron sus donaciones de cadenitas, anillos y otras joyas que fuimos fundiendo para coronar a la Virgen.
A pedido de los peregrinos, Monseñor Héctor Sabatino Cardelli, obispo de San Nicolás, me encargó la confección de dos coronas, una para la Virgen del Rosario y otra para el Niño Jesús que lleva en sus brazos.
Con el taller en las calles, viajé más de 30.000 km., y durante catorce meses trabajé mancomunadamente con 600.000 compatriotas.
Juan Carlos Pallarols.