Estilográficas, plumas, lapiceras…
Cuando leí “La Sombra del Viento” de Ruiz Zafón, comenzó mi sueño sobre estas plumas, que hoy son para mi un verdadero orgullo.
Muchas historias han quedado en mis recuerdos: cincelados y diseños tan exclusivos como íntimos, del entorno de cada dueño que me entregó el desafío de pensar como dejar en esta pequeña superficie, plasmada parte de su vida y de sus gustos, o de sus sueños. Hay algunas especiales, como esta que les comparto con los rostros de nuestros músicos clásicos. Las posibilidades son infinitas, como lo es la imaginación. Y si pensamos que esta obra guarda la tinta que puede expresar sentimientos, que puede inmortalizar historias, más agradecido me siento.
Juan Carlos Pallarols.