Cada momento de silencio interior, es una orquesta de cinceles y martillos en mi taller. Así fue toda la vida y es la música que mi alma aprecia escuchar. Muchas veces me acompañó la música de los grandes clásicos de la humanidad, que amalgamada con suave y firme golpeteo de cinceles, me hacía sentir que la vida latía en el taller.
Me gusta ver las latitas de bronce, gastadas por el tiempo, reconocer algunos grabados hechos por mi padre, otros por mi abuelo y algunos por mí. Latitas que guardan cientos de cinceles de todas las formas y tamaños, con puntas que han dejado su huella en miles de obras.
Y todo está ahí desde hace más de 2 siglos y medio, que algunas cosas han venido mudanza tras mudanza, a veces perdidas, más tarde recuperadas, pero siempre retornando al lugar en el que son útiles. Allí donde mis manos y la de tantos artesanos que pasaron por mi taller, las pueden acariciar.
Juan Carlos Pallarols.
Imágenes del Libro Juan Carlos Pallarols, su Vida y su Universo © Pablo Cabado