El ritual:
Porque creo en la posibilidad de formar esa larga y numerosa familia sentada en torno a una mesa, es que colaboro con el sueño de muchas parejas que deciden realizar esta alianza de almas. Es un humilde aporte al compromiso verdadero, para algo tan serio como el matrimonio. Un compromiso con la tolerancia, con la comprensión y con el respeto, que busca en las diferencias, el camino para el encuentro.
Los novios traen el material, que muchas ha formado parte de sus historias familiares. En un sentido ritual, fundimos el metal y compartimos el hallazgo de esa primera purificación. Les recuerdo entonces un pasaje bíblico que dice “_Y El se sentará como fundidor y purificador de plata, del metal y de sus almas.” Luego brindamos con el vino que más les guste a ellos, y que traen para la ceremonia.
La confección de las alianzas:
A partir de allí con el pequeño lingote obtenido, se pone en marcha el trabajo de sus alianzas.
Tengo decenas de historias …. que ahora son amigos y cada tanto pasan y me cuentan sus logros: un nuevo hogar, un nuevo hijo… Le doy gracias a Dios por regalarme estos momentos en mi vida y le pido que bendiga por siempre las suyas.
Juan Carlos Pallarols.